Cuando las plantas ya están infectadas hay que proceder a controlar la plaga. Para ello, habrá que aplicar un producto antiplagas específico o uno polivalente, que sirva para distintos tipos de plagas y hongos.
A la hora de aplicarlo, hay que respetar la dosis que indique el fabricante, así como el periodo de seguridad antes de consumir las frutas y verduras que también dicte. Conviene realizar los tratamientos en días frescos, sin viento y sin estar expuesto a la luz directa del sol. Para terminar, habrá que podar las partes dañadas o la planta entera si fuera necesario, para atajar los posibles ataques de hongos o alguna otra plaga, y sobre todo para evitar el contagio a otras plantaciones sanas.
Por último, cinco apuntes a tener en cuenta para que el control de la plaga sea un éxito:
- No encharcar el suelo: Hay que procurar mantener el suelo con la menor humedad posible, para evitar la formación de hongos de pudrición.
- No excederse con el abono, ya que en demasiada cantidad debilita la resistencia de la planta.
- Arrancar las malas hierbas (a mano o con un escardillo).
- Desinfectar las tijeras de poda con alcohol o una solución de sulfato de cobre. Además, deben estar bien afiladas para evitar heridas y favorecer la cicatrización de la planta.
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